Vasant Land dice que “Agni es el elemento fuego, que gobierna toda transformación”
A mi me gusta pensarlo como esa energía que transforma el agua en vapor, la energía que hace que una papa se pueda comer al ser cocinada, la energía que metaboliza la comida en nutrientes para nuestros órganos.
El agni es el dador de vida, cuando nuestro cuerpo está caliente es porque el agni está encendido, madurando nuestros órganos, de ahí que cada órgano tenga su propio agni.
Así como nuestro cuerpo físico tiene sus agnis, nuestras emociones y nuestros pensamientos tienen un agni.
El papel del agni es la digestión. La digestión de cada sustancia que entra por nuestros sentidos. Porque así como digerimos los alimentos que entran por nuestra boca en el estómago, también debemos de metabolizar los sonidos que entran por nuestro oídos, las imágenes que entran por nuestros ojos, los olores que entran por nuestra nariz y las sensaciones y sustancias que entran por nuestra piel.
El agni es como el fuego, caliente, agudo, ligero, móvil y sutil, si pierde estas cualidades se altera causando desequilibrios con las cualidades opuestas: frío, densidad, pesadez, estancamiento.